**1. Cultivar el sentido de responsabilidad y empatía**

Cuidar gatos requiere alimentarlos y limpiar su arena regularmente. Estas tareas diarias permiten que los niños aprendan a asumir responsabilidades en la práctica. Ayudan a formar en ellos el respeto por la vida y un carácter cuidadoso y atento.

**2. Brindar apoyo emocional y compañía**

Los gatos peludos son reguladores emocionales naturales para los niños. Estudios han demostrado que al tocarlos, el cuerpo humano secreta oxitocina, que puede aliviar eficazmente la ansiedad.

**3. Mejorar el sistema inmunitario y la conciencia de la salud**

Un estudio de la Universidad Johns Hopkins demostró que los niños expuestos a mascotas durante la infancia tenían un 50 % menos de probabilidad de desarrollar alergias. El contacto moderado con el microbioma del pelo de gato puede promover el desarrollo del sistema inmunitario.

**4. Mejorar las habilidades sociales y de observación**

El lenguaje corporal único de los gatos es un material natural para la enseñanza de la observación. Los niños pueden ejercitar sus habilidades de comunicación no verbal interpretando señales como el balanceo de la cola y la dirección de las orejas.

Cuando los padres guían a sus hijos para que se lleven bien con los gatos de una manera amorosa y científica, esta amistad entre especies se convertirá en un cálido regalo para los niños en su camino hacia el crecimiento y plantará semillas de ternura y sabiduría en lo profundo de sus corazones.