
En las familias que crían gatos, estas escenas son cotidianas: los gatos se acurrucan en la caja de arena y excavan con cuidado la arena para enterrar sus excrementos. Este comportamiento cotidiano, aparentemente simple, está grabado en el código de supervivencia de la selección natural durante decenas de millones de años y constituye la sabiduría de supervivencia condensada en la historia evolutiva de los gatos.
El comportamiento de enterrar los excrementos se originó a partir de la estrategia de supervivencia de los gatos salvajes. Las feromonas únicas presentes en sus excrementos revelan información clave como el tamaño corporal y el estado de salud del individuo. En las praderas africanas, este olor puede atraer a enemigos naturales como las hienas o provocar disputas territoriales entre especies de la misma especie. Estudios arqueológicos han demostrado la aparición de rastros de capas de tierra removidas deliberadamente junto a fósiles de tigres dientes de sable que datan de hace aproximadamente 1,3 millones de años, lo que confirma el origen evolutivo del comportamiento de enterramiento en la antigüedad.
El comportamiento de enterramiento de los gatos domésticos modernos presenta características sociales complejas. En una familia con varios gatos, los individuos más débiles entierran sus excrementos con más cuidado y evitan conflictos con los más fuertes eliminando las marcas de olor. Diversos estudios han demostrado que cuando los gatos usan sus patas delanteras para desenterrar la arena, las feromonas liberadas por las glándulas interpatas y las señales químicas presentes en los excrementos forman una marca compuesta. Este "código olfativo" de doble cifrado no solo satisface la necesidad de marcar, sino que también ajusta la intensidad de la transmisión de información.
Este antiguo instinto ha generado nuevas expresiones adaptativas en el entorno doméstico. Cuando los gatos se niegan a enterrar sus heces o a exponerlas deliberadamente, pueden estar declarando su estatus familiar al conservar las marcas de olor. Los especialistas en comportamiento animal han descubierto que el uso de arena para gatos demasiado fina o con fragancias provoca que el 20 % de los gatos tengan dificultades para enterrar, lo que demuestra que el diseño moderno de productos debe respetar los instintos evolutivos de los gatos. Comprender este código de comportamiento puede ayudar a los humanos a organizar la ubicación de las cajas de arena para gatos de manera más científica, elegir la arena adecuada y construir un espacio ecológico donde las personas y los gatos puedan vivir en armonía.